Respirar. Sentir. Moverse. Crear en el instante.

Movimiento

El cuerpo guarda memoria. Cuando lo movemos con atención, emergen a la superficie las sensaciones, las imágenes y las palabras.
La danza del instante nace ahí: bailar sin coreografía, seguir la respiración y dejar que el momento nos guíe. Lo cotidiano se convierte en un territorio para descubrir, crear y sentir.

En mi trabajo, el movimiento y la escritura se cruzan y se alimentan. Es un vaivén que desbloquea, inspira y conecta. No hace falta ser bailarín ni escritor: basta con curiosidad y ganas de explorar.

Leer el desarrollo

Papeles en primer plano y movimiento al fondo: escritura y danza.

LA DANZA DEL INSTANTE

Cada vivencia, cada emoción, está inscrita en el cuerpo. Escucharlo y moverlo con atención es una forma de volver a lo que está vivo: sensaciones, intuiciones, impulsos. El movimiento consciente nos permite habitar ese territorio, abrir espacios internos y, a veces, encontrar palabras nuevas para lo que llevamos dentro.

A lo largo de mi recorrido —danza, teatro físico, yoga, pilates— he explorado técnicas que ponen al cuerpo en el centro: la respiración, la alineación, la precisión, la escucha. Sus principios están presentes en lo que hoy llamo la danza del instante.

Bailar sin coreografía, siguiendo la respiración, el peso, las sensaciones.

Dejar que el instante esculpa el movimiento y que el movimiento nos devuelva al instante.”

Caminar, sentarse, pararse, vestirse, abrir una puerta: todo puede convertirse en danza cuando se lo habita con atención.

Movimiento tras movimiento, lo cotidiano se transforma en un territorio de descubrimiento. Al abrir el cuerpo, también se abre la mirada, la escucha, la disponibilidad para crear. Esto es lo que propone la danza del instante.

MOVIMIENTO Y ESCRITURA

En mi propio trabajo, el movimiento y la escritura se alimentan mutuamente. Paso del cuerpo a la palabra y de la palabra al cuerpo en un vaivén que desbloquea, limpia, conecta.

Es un cruce fértil: la respiración que sostiene una frase, la imagen que se enraíza en un gesto, el ritmo que atraviesa un texto y un movimiento”.

Quiero compartir esta experiencia más allá de mi estudio y de mis cuadernos, no solo con artistas y escritores, sino con cualquier persona que busque una manera más orgánica de afrontar sus desafíos personales y profesionales o, simplemente, sentirse bien. Es una invitación a abrir canales, destrabar bloqueos, reconectar con uno mismo y, quizás, también con los otros.

Grupo en movimiento descalzo en sala de madera; mesa con papeles.

Formatos

  • Talleres breves: 2–3 horas de escritura y movimiento.
    Te llevas prácticas de presencia, disparadores de escritura y un texto semilla.
  • Residencias: procesos creativos de varios días.
    Te llevas material escrito en avance, bitácora corporal y un mapa personal de continuidad.
  • Sesiones 1:1 / grupos pequeños: acompañamiento personalizado según tu proceso.
    Te llevas ejercicios adaptados y un plan sencillo para sostener la práctica.

Modalidad: presencial y online –
Idiomas: Español / Francés –
Contextos: artístico, educativo y organizacional.

Para quién

  • Artistas y escritores: que quieran destrabar, encontrar tono o abrir nuevas vías de creación.
  • Personas curiosas: que deseen acercarse al movimiento y a la escritura sin requisitos técnicos.
  • Equipos y empresas: que busquen reducir el estrés, ampliar la escucha y estimular la creatividad compartida.

UNA INVITACIÓN ABIERTA

Talleres, residencias o propuestas personalizadas pueden nacer aquí. Si te interesa vivir una experiencia que combine escritura y movimiento, que abra canales de expresión y libere lo que está bloqueado, te invito a estar atento a las novedades y explorar el blog. Allí comparto mi propio proceso creativo y la información sobre las próximas actividades.

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