Mil vidas
Lo increíble de esta aventura de la escritura, me digo yo, es que puedes inventar las realidades que quieras y vivirlas como si fueran tuyas a través de tus palabras.
Es como si se me hubiera revelado un poder. Más allá de haber encontrado mi lugar con la escritura, he descubierto una manera de reinventarme y hacer el mundo más vivible para mí.
Lo que no funciona en la vida real porque la gente que amas te abandona o porque las cosas no siempre salen a tu gusto, lo puedes recrear escribiendo. Y puedes vivir mil vidas, aquellas tuyas que por uno u otro motivo te las perdiste y todas las otras que ni te imaginabas que podían existir.
Es una locura, de repente pienso que hasta podría volar. ¿Por qué no? Si puedo encontrarme con mi padre muerto y hablar con él, porque no podría levantar el vuelo.
Volar es la cuestión, decía en uno de mis antiguos textos. Estábamos reunidos con un grupo de V.A., voladores anónimos, y discutíamos sobre las técnicas del vuelo. Nuestro objetivo era encontrar una fórmula, algo así como: 2+2=Volar.
Unos decían que volar era como comer chocolate, otros, como desafiar a la gravedad dando saltos mortales o lanzándose al vacío. Yo estaba segura de que era como hacer el amor. Pero el problema, y en ello concordábamos todos, es que no duraba, no lográbamos mantenernos en las alturas, siempre volvíamos a caer. Hay algunos que, cansados de estrellarse, habían decidido ir hacia el otro lado y se pusieron a cavar. Se sentían más enraizados. Nunca encontramos la fórmula.
De repente años después, descubro que puedo hacerlo con las palabras. No solo porque me puedo inventar en las alturas, recorriendo ciudades y continentes, sino además y, sobre todo, porque cuando lo hago, atravieso muros y ventanas y salgo volando.
Nadie tiene que esperar nada, ni siquiera yo misma. Me estrellaría. Es el deseo el que moviliza. Solo quiero gozar la sensación de mi cuerpo sin peso, de mi imaginario que despega y vuelve trayendo palabras como si fueran vidas nuevas.
“Créer c’est vivre deux fois »
Albert Camus
Un comentario
audelafait
Vivre dans cette intensité de l’écriture. Magnifique !