Fragmentos

  • Flotar

    El día anterior habías escrito en tu libreta negra el verbo esperar. Sobresalía en la página que tenías abierta cuando pasé al lado tuyo. No sé a qué se refería, pero estaba seguro de que iba dirigido a mí. Me acordé de las innumerables veces que me sugeriste que bajara el ritmo, que dejara madurar las cosas. Es cierto, siempre estaba agobiado, corriendo. Sentía que las oportunidades se me escurrirían de las manos o aún peor, que jamás llegarían si no me ponía en acción. ¿Vamos a tomar un café? Me propusiste repetidas veces. Y yo, ya en camino de la siguiente cita, te disuadía con el eterno pretexto de…

  • De restos y olores

    Sucio, todo sucio Enmarañado Confuso Sin principio ni fin Tirada en el piso, abre los ojos y una luz violenta como de medio día le obliga a cerrarlos de nuevo. Quisiera seguir durmiendo, pero su cuerpo adolorido no se lo permite. No sabe donde está. Siente el calor del sol sobre sus piernas descubiertas. El sonido de unos pasos sobre la arena a unos metros suyo que a penas se detienen y vuelven a partir. El peso de las miradas que caen sobre ella. ¿Dónde ha pasado la noche? Sus cabellos rojos y alborotados, como un pompón trajinado, cargan entre sus mechas los restos de una noche que a penas…

  • Algo de lo que no conozco todavía

    Cabeza abajo en una posición invertida, mis pensamientos en desorden se deslizan  por mi mente. Como los créditos de una película los dejo pasar sin detenerlos hasta que desaparecen por completo. Comenzar el día en movimiento me despabila, me limpia y me conecta. Salgo de la postura y entro en la siguiente. La ansiedad, esa vieja amiga conocida, me acompaña en este primer día. Avanzo una pierna como si diera un gran paso y con firmeza deposito mi peso sobre ambas. El ansia de no saber hacia donde voy es como un motor que me empuja a continuar. Es mi manera de funcionar, ahora lo sé. Nunca presiento con claridad…

  • Cuando se quiebra

    ¿Cuántas veces había escuchado que nadie era imprescindible? Sin embargo, ella sentía que lo era. Estaba segura de su protagonismo en su vida de pareja, familiar e incluso laboral. Era de esas personas incapaces de delegar porque tenía la firme convicción de que nadie haría las cosas como tenían que ser. Ella tenía el control y se sentía indispensable. Esa mañana, sin embargo, ¿cómo no lo vio venir? Al hacer su maleta, había notado algo en el tono de voz de Eduardo que la interpeló por un breve instante, pero estaba tan sobrepasada con todo lo que tenía que preparar antes de irse que no se detuvo a indagar. Se…

  • Como una brisa

    Nada está completo, solo pedazos como fracciones de vida. Los muros amarillos cargados de cuadros y adornos de los cuales solo se vislumbra una parte. Al centro, encima de una mesita de madera maciza que se sostiene sobre un cántaro de terracota, el óleo de una niña con un vestido colorido y expresión de desconcierto. A su lado, piezas de ajedrez colocadas con cuidado como al alcance de su mano. Cofres de madera pintada en colores naranja, marrón y carmesí, apilados unos sobre otros y dispuestos en uno de los ángulos. Esta imagen me sigue desde ayer. Es una de las fotos que se exponen en el café en el…

  • Como darse una cita

    “Si llevas un lápiz en el bolsillo hay bastantes posibilidades de que algún día te sientas tentado a utilizarlo”, decía Paul Auster, a propósito de cómo se hizo escritor. Por mi parte, perder una idea en el camino o un pensamiento improbable venido de la nada, me deja la desagradable sensación de haber perdido algo esencial. Es por eso que siempre llevo conmigo una libreta y un lápiz. Necesito escribir lo que pasa por mi cabeza y estimula mis sentidos, porque cuando lo hago comienzo a entender lo que me habita. Como si al dejar salir esos nudos de pensamiento y sensaciones, pudiera seguir su recorrido y descubrir sus relaciones.…

  • Crepúsculo

    Ante sus ojos, se abre un horizonte lejano, sin fin. Sumerge sus pies en el agua fría del mar, siente las piedrecillas finas bajo su piel callosa después del verano. El oleaje suave golpea contra sus tobillos y arrastra consigo al retirarse, parte de la superficie sobre la que se tiene en pie.  Esa inmensidad le estremece. De costumbre, su mirada se detiene en el día a día, en sus responsabilidades y tareas cotidianas, en Corina que siempre activa y llena de energía organiza sus vidas. Él espera a que su movimiento se propague hasta él. Y se deja ir. Era así y le gustaba. La ama.   Siente como una bolita peluda que desde el vientre sube hasta…

  • Percepciones 3. No hay certezas que duren

    Si solo se tratara de llaves, de tener las correctas para abrir y cerrar las puertas. Pero esta casa, la mía, es tan poco previsible. Cambia de lugar. Se mueve y se transforma, se vuelve inaccesible por donde antes podía ingresar. Y si no veo el cerrojo, ¿para qué me sirve la llave? No hay certezas que duren. Nunca la misma puerta, ni las mismas llaves. Y los caminos de ayer, como aquellos que dibujaba de niña hacia la puerta de entrada, no son más los de ahora. No me conducen a ella ni me permiten entrar. Una y otra vez, recrear las rutas para poder llegar, explorar sus límites…

  • Percepciones 2. Desenganchar

    Sentada contra la ventana del café, veo la sombra de mi propia mano sobre las palabras que escribo. Mi mano fluye como queriendo escapar de la sombra, como queriendo vislumbrar lo que hay detrás de ella. ¿Qué hay más allá de lo que puedo ver? Levanto la mirada, un muro de ladrillo visto contra el cual una estantería expone algunos libros se presenta ante mis ojos. Y las voces de cuatro mujeres se interponen entre yo y lo que veo. No me molesta, solo quiero creer que no es todo, que hay algo más detrás de lo evidente. Vuelvo al movimiento de mi mano que fluye como enganchada a mi…