15 min. de escritura con Claudia y Aude,  Fragmentos

Lo que dejamos

¿Por qué, amor mío, quieres borrar las huellas y empezar de cero cada instante? ¿Por qué tenemos que tender la cama todas las mañanas, dejar la mesa despejada, los trastos limpios, las cortinas abiertas?

Me gusta despertarme a tu lado, sentir el peso de tu brazo sobre mi vientre, el olor de tu cuerpo transpirado, el aire espeso de nuestro aliento suspendido entre los dos. Me gusta tomar el café amargo mientras me hablas de los clientes que verás en el día, o yo te cuento sobre el caso en el que estoy trabajando. Me gusta darte un beso antes de salir y desearte un buen día, sin preocuparme de la taza sucia que dejé sobre el mesón o las migas de pan que quedaron esparcidas en el suelo. 

Y en la noche, después de un día intenso corriendo entre la oficina y el juzgado, midiendo las palabras, controlando el lenguaje de mi cuerpo, mi manera de hablar, de mirar, de actuar, me gustaría llegar a casa y reconocerme en el desorden que dejamos, ese caos tan íntimo y cotidiano, amor mío. Ese que nos cuenta nuestra vida, lo que somos juntos. Ese que nos recuerda las últimas palabras antes de partir y nos invita a continuarlas, mientras recogemos los restos del desayuno, preparamos la cena y sembramos nuevo caos. 

Toda una vida intentando domarlo, ¿por qué? 

Me gusta el desorden que dejamos a cada paso, amor mío. Luego lo arreglaremos juntos. Ven, no sigas con eso, siéntate a mi lado y deja que el caos siga su curso. 

Necesito espacio, amor mío. Espacio para ser contigo lo que somos juntos y no lo que tendríamos que ser. 

Necesito estar contigo y amarte sin borrarme.

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