
Bajo la lluvia
Atravieso la puerta y salgo a la calle, está lloviendo. Saco el paraguas de mi bolsa y lo abro mientras avanzo. Los porteros se sorprenden al verme, no es muy común que los residentes del condominio salgan a pie y mucho menos bajo la lluvia. Para mí que he vivido los últimos dieciocho años en Bruselas, forma parte de los días. Camino pendiente arriba, en sentido contrario del caudal de vehículos que descienden por la calzada, llegando a la esquina tomo un desvío para evitar el barullo del tráfico y continúo distraída mirando sin mirar, porque mi atención está en la emisión 451 MHz. que escucho en el momento.
Estoy contenta porque ya puedo seguir los podcasts locales en portugués y descubrir a los artistas contemporáneos del Brasil. Hablan de una escritora de Minas Gerais. Me llama la atención que se refieran a ella recalcando que es mujer y negra, y me pregunto ¿por qué antes de presentar sus libros ya le ponen etiquetas? Me molesta porque es como si al hacerlo, no los consideraran parte de la literatura en general, sino de una subcategoría, un apéndice, como si valieran por el género o la raza del autor y no por la calidad de su escritura. ¿Cómo me presentarán cuando salga mi libro?
Cruzo la calle corriendo, es cierto que las etiquetas de pertenencia a minorías pueden ser importantes para promover la diversidad, pero conlleva riesgos. Me acuerdo de la última ceremonia de los premios Oscar. Grandes películas se quedaron sin estatuilla, mientras otras se llevaron varias. Y dada la calidad de las primeras, me queda la duda de si esos premios múltiples son bien merecidos o un lavado de consciencia.
Llego a la estación del metro, es la hora pico, camino siguiendo el ritmo de la multitud. Avanzamos como las aguas del río sin entorpecer el andar del otro. Observo a la gente, sus facciones, sus rostros y me digo que aquí la minoría es otra.
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2 Comentarios
lafait
Me encanta estar bajo la lluvia leyendote
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Es una gran verdad, además escrita con esa tu manera genial de decir las cosas. La verdad que la política, los Estados y el aparato que determina la ética esta manejado con las patas. La realidad está determinada por lo que vemos en las calles día a día. Tu manera de decirlo es siempre exquisita.
Felicidades!!!!